Bueno, ayer solo lo iba a usar un poco porque para ir a dar clases de pilotaje a los niños de la escuela, suelo ir en moto pero hoy estaba el día raruno y al final, cogí el coche. Así que después de 100 km con un poco de todo, puedo daros algunas respuestas.
Uso en ciudad o similar: sin cambios. Bueno, hay cambios, pero la dureza de la palanca no cansa y se opera cómodamente en ciudad.
Uso divertido: una delicia. La sensación, el tacto mecánico, la dureza… todo está a otro nivel. Considero que el cambio de los Honda es muy bueno, desde el octava generación a la actual, pero con las mejoras se pone en otro nivel.
El muelle hace que cuando te mueves entre segunda y quinta, que retorna con mucha fuerza, y sobre todo en el juego de tercera/cuarta sea casi orgásmico. Ahora es imposible fallar un cambio, ni tan siquiera notar que no va a entrar por la “pista” correspondiente. Hay una unión perfecta entre las órdenes de la mano y de la caja de cambios. Una prolongación del brazo.
Merece la pena gastarse casi 200 euros en esto?? Pues todo depende de lo que uno busque en el coche. La mayoría prefiere por poco más, meterle un chispazo al coche. Me imagino que para correr en recta porque en curvas, no me creo que a nadie se le quede corto 182 CV.
Ahora jugar con el cambio es una jodida delicia. El coche corre lo mismo, pero hay mayor conexión máquina-humano (suena cursi, pero es así).
Conclusión: por la pasta que cuesta y sobre todo, lo que cuesta montarlo en cuanto a trabajo y horas, hay que tenerlo muy claro. Yo lo tenía claro, y no me ha defraudado lo más mínimo, y estoy encantado, pero ojo. No es apto para todos los paladares.
Morrillu: pero yo soy rarito, no me des potencia, dame sensaciones…