Buenas chicos.
Como no todo van a ser Hondas, voy a ponermos mis impresiones sobre la montura que me ha acompañado durante mis vacaciones en la maravillosa isla de Tenerife… Un Abarth 124 Spider Bianco Turini alquilado a la empresa CICAR.
Mi reserva original era de un Opel Cabrio (por espacio para el equipaje) pero resulta que el coche que me tenían asignado entró siniestro y como por cortesía de Iberia (mejor dicho, IBIRRIA) llegué con 12 horas de retraso a TFN el primer día tuve que utilizar una baSUVra de Opel Grandland… La 27rossa le llamaba a ratos el engendro y a ratos el adefesio.
No entiendo como alguien puede voluntariamente querer conducir una furgoneta así, con las piernas colgando y unas inercias que un cambio de carril en autopista a 100 km/h era un acto de fé… Pero no voy a hablar de eso. Vamos a centrarnos en el Abarth!
Antes de nada hay que decir que el coche no es apto para tímidos; el sonido que sacan los Record Monza hace que la gente se vuelva nada más lo oye, incluso al ralentí, y estéticamente es muy muy llamativo (claro que estamos acostumbrados a ir en un Civic, que discreto tampoco es). Unas fotos de bichillo:
Y ahora hablemos un poco… Como ya sabréis este Abarth tiene genes nipones, concretamente Mazda (no deja de ser un MX-5), pero su paso por Italia le añade un punto picante del que carece el Mazda.
Bastidor
A nivel bastidor cuenta con una dirección muy directa, que no flota ni aunque se provoque el subviraje con violencia (recordemos, es propulsión) y un diferencial autoblocante que se anuncia tarado en aceleración al 40% y en retención al 30%. El comportamiento es espectacular, muy divertido, el morro entra en la curva buscando el vértice a la mínima insinuación de volante y una vez alcanzado ese punto podemos dar gas con ganas para que nos deleite con una insinuación del culete que los sistemas electrónicos se encargarán de que no se convierta en un problema.
Si somos valientes y tenemos experiencia en seco podemos desconectar el ESP y dejar a nuestra habilidad (y al autoblocante) la responsabilidad de impedir esos desmanes; se puede hacer con seguridad (al fin y al cabo son 170 caballos) pero conviene revisar bien las gomas; por suerte esta unidad llevaba unos fabulosos Bridgestone Potenza R050 con un agarre magnífico.
En mojado mejor dejar siempre el ESP conectado para evitar sustos porque la zaga es muy ligera y es relativamente fácil que se nos descoloque y ahí sí nos puede poner en situaciones delicadas.
Los frenos son magníficos; los he probado bastante a fondo y no he apreciado fading en ningún momento (cosa de la que si pecaba el Abart 500 que alquilé en la misma isla hace un par de años), además el sistema TTS del 500 usa los frenos para “emular” un autoblocante y no ayudaba a la resistencia del sistema.
La dirección es muy rápida; requiere un cierto período de adaptación a los que usamos poco coches de propulsión pero una vez te haces a ella te das cuenta de que la tracción delantera es un atraso. El coche entra como un tiralíneas en las curvas y sólo entrando muy muy pasado puede subvirar ligeramente, momento en que podemos corregirlo simplemente con una transferencia de masas levantando un poco el gas y volviendo a apretar el pedal a fondo tan pronto como recupere la posición, lo que nos deleitará los oídos con un sonido espectacular y notaremos en el culo como el tren trasero transmite la potencia al suelo y nos saca de la curva; si hemos sido demasiado optimistas con el gas a la salida basta un ligero contravolante para que todo vuelva a su sitio y a por la siguiente curva… y si no tenemos desarrollada esa habilidad el ESP se ocupará de poner orden, eso sí, aplicando generosamente los frenos.
Caja de cambios
Una delicia tanto de manejo como de desarrollos; el recorrido de la palanca es cortísimo y el enclavamiento de las marchas duro; es de esas cajas que te hacen trabajar.
Subir marchas no supone ningún problema; bajarlas… Si se quiere hacer rápido el doble embrague es una buena ayuda.
Llegar a una curva lenta en 5 y hacer punta tacón bajando a 4ª, a 3ª y entrar en la curva en 2ª preparándote la salida para pisar a fondo y que suene como un trueno es una experiencia que en mi memoria se había olvidado; yo creo que desde el Alfa 75 V6 America que hace más de 20 años tenía un tío mío no había disfrutado tantísimo.
Motor
No se han roto mucho la cabeza en Fiat Auto para motorizar el 124 Spider… Han recurrido al ubicuo 1.4 Multiair, en este caso con 170 caballos. Es la n-ésima evolución de la gama de motores FIRE que nació con el Autobianchi Y-10 y el FIat Uno hace más de 30 años… Si algo funciona, ¿para qué cambiarlo?
Es un motor que conozco muy bien; de hecho en 2016 alquilé un Abarth 500 que equipaba la versión de 165 caballos de este mismo propulsor. Nunca he ocultado mi italofilia (de hecho en mi garaje hay un Alfa y un Lancia junto con el Honda), el año pasado alquile un Giulietta 1.8 TBi…
Lo curioso es que en este 124 (condicionado por su condición de propulsión) va montado de manera longitudinal.
Es un motor muy cómodo de conducir; en modo “normal” empuja con muchísima progresividad desde el ralentí hasta las 5000 vueltas, con un sonido grave pero no atronador. En modo “Sport” se nota que el turbo sopla muchísimo más, se convierte en un motor más violento a partir de las 3000 vueltas, el sonido es atronador pero… es un motor que padece de carrera larga lo que significa que a subir de 5500 vueltas sólo tendremos ruido, bendito y orgásmico ruido, pero el empuje decae. Por suerte el 124 Spider es un coche ligero y con una buena aerodinámica, pero pide un motor que suba de vueltas con más alegría.
El consumo… la verdad es que le di bastante zapatilla, lo disfruté… Unos 10L a los 100 más o menos.
Confort
Sorprendentemente el coche es cómodo, muy cómodo incluso. Los asientos son maravillosos, el sonido del equipo Bosé de sonido es espectacular (con los altavoces en los reposacabezas), los pedales y el volante… IMPRESIONANTES.
Los acabados son buenos, con detalles magníficos (como la tapa de la guantera central en alcántara, al igual que el recubrimiento en la zona del pasajero) y otros cutres hasta decir basta, como las guanteras detrás de los respaldos de los asientos.
El sistema multimedia, 100% Mazda, es de manejo errático, grafías antiguas y carece de CarPlay. Curiosamente no tenía navegador tampoco. Detalles que deslucen un poco el coche.
La instrumentación, también Mazda, es muy incómoda de leer; muy pequeñas las grafías del velocímetro y las pantallas de información directamente hace falta una lupa. Los mandos del control de crucero, de las luces, del sistema de audio, de la climatización son un batiburrillo de origen mezclado, algunas cosas son 100% Mazda y otras provienen del banco de órganos del grupo Fiat (las palancas de los lados del volante son las mismas que el Lancia Y de mi hermana, las del climatizador son de un Alfa Giuletta…).
El maletero es pequeño, pero utilizable. El problema es la tapa que deja una boca directamente ridícula.
El espacio es suficiente, descapotado se va realmente bien pero con el techo cerrado la verdad es con mi 1’89 iba bastante justo (de hecho en un Mazda MX-5 con el techo cerrado doy con la cabeza arriba); hablando de la comparación con el Mazda decir que el asiento del conductor también tiene unos centímetros extra de espacio longitudinal lo que ayuda a que la postura de conducción sea virtualmente perfecta.
Como comprenderéis para subir al aeropuerto el último día lo tuve que dejar, con dolor de mi corazón, y la gente de CICAR me facilitó un Opel Mokka…
A final al Abarth le hice unos 1600 kilómetros en los que me sedujo por su comportamiento, por su comodidad de conducción, por su sonido y por su estética; sin duda una excelente opción para dos semanas de vacaciones pero la sensación cuándo volví a casa y me senté en mi Civic fue de “joder, como mola mi coche”.
Muy buen post!